Encontrar el alma en un accidente automovilístico

Mirna, de 25 años, era una exitosa gerente recién graduada en la industria bancaria. Tenía una rica vida social, muchos pasatiempos y mucho éxito con los chicos.

Como no tiene ninguna dificultad psicológica real para mencionar, no estaba seguro de su motivación para la terapia. La mayor parte de nuestra conversación fue sobre su vida amorosa y los muchos juegos y trucos que le gustaba jugar con los "chicos buenos". Mirna se divierte mucho experimentando la dimensión del poder en su entorno laboral y en su vida amorosa.

Alrededor de nuestra sesión numero 8, Mirna llegó a la consulta inusualmente seria, casi avergonzada. Cuando noté la actitud inesperada, pregunté "¿Qué pasó?". Mirna se sonrojó y se resistía a hablar. Como insistí, me dijo que me reiría de ella. Después de un par de reaseguros, accedió a contar su historia.

El fin de semana pasado, regresaba de una fiesta en el auto de su mejor amiga. Como la conversación era muy animada y probablemente la amiga había bebido en exceso, no percibió un auto detenido al costado del carril de emergencia. En su esfuerzo por evitarlo, la curva fue tan brusca que el auto comenzó a girar ya golpear las paredes de concreto de la autopista entre los otros autos que intentaban esquivarlos. Inesperadamente, el impresionante incidente acaba de causar daños menores al automóvil y ningún daño físico en absoluto.

Esperaba que Mirna hubiera desarrollado una forma leve de traumatismo por el accidente, pero su vergüenza era de una naturaleza completamente diferente. Cuando todo estaba completamente fuera de control, el tiempo de Mirna comenzó a expandirse. Sin embargo, en lugar de contemplar la perspectiva de su propia muerte y repasar toda su vida, se habitó a ella con una certeza muy profunda de que nada le sucederá y que estaba destinada a sobrevivir al incidente sin un rasguño. Eso fue de hecho lo que sucedió. Pero Mirna, por primera vez en su vida, se ha enfrentado tanto a la perspectiva inmediata de la muerte como a la certeza más profunda de que su vida tenía un propósito y que “algo” la protegerá de una desaparición prematura. Después del incidente, se sintió inspirada para volver a la iglesia de su infancia. Incluso si no encontraba lo que buscaba, sabía que había iniciado una búsqueda espiritual.

Cuando me di cuenta de lo que le pasó, solo me reí. Como se quejó Mirna: "¡Mira, te dije que te reirías de mí!" Me disculpé y le dije y le expliqué que me estaba riendo porque acababa de conocer algo realmente más fuerte que ella: su propia alma. Según tengo entendido, la experiencia de Mirna es lo que Alice Bailey llama la primera iniciación, el primer contacto consciente y transformador de vida que un individuo puede tener con su propia alma. Antes del incidente, la dimensión espiritual de Mirna estaba latente. Después del enfrentamiento, nada en la tierra podría negar la certeza de que hay “algo” dentro que estaba al mando de su destino.

El escenario de peligro inminente donde tuvo lugar la iniciación puede ser una indicación de que ella tiene el tipo de alma guerrera asociada con lo que Bailey llama el Primer Rayo. El Bhagavad Gita explica cómo Arjuna obtuvo su propia iniciación de Krishna justo en medio del campo de batalla. Así es la peculiaridad del alma de Primer Rayo: necesita acercarse a la destrucción pura para manifestar su existencia.